Gran espíritu
Tantas personas que habitan nuestro planeta, todos con vidas tan distintas y tan iguales a la vez, si vemos bien la gran mayoría nos dedicamos a lo mismo, trabajar para poder sostenernos y es que hasta los niños forman parte de esa mayoría por lo menos potencialmente sí lo son.
El punto es que hay tantas clases de personas, algunos hermosos, otros feos; unos inteligentes, otros tontos; algunos ricos y otros pobres; muchos malvados y otros generosos; y así tantas y todas distintas e iguales a la vez.
Pero qué es lo que en realidad nos diferencia. No es nuestro aspecto, nuestro extracto social, ni siquiera nuestro coeficiente intelectual, claro que no. Es nuestro espíritu, nuestra forma de ver la vida, nuestra forma de enfrentar los hechos, de pronto me doy cuenta de que no todos gozamos de ello, de pronto pienso en que ni la ignorancia, ni la ingenuidad ni la discapacidad física o mental intervienen en él, en su grandeza, no sé cómo se hace para tenerlo quizá solo se nace con él, estoy totalmente convencida de que el que lo posea es afortunado; la gran pregunta es qué será de aquel que lo posea y no lo aproveche o si habrá algún la posibilidad de tenerlo y no saberlo.
En fin Poseer esa grandeza igual y no ayuda a luchar contra la tristeza, ni a disfrutar de la alegría.
El punto es que hay tantas clases de personas, algunos hermosos, otros feos; unos inteligentes, otros tontos; algunos ricos y otros pobres; muchos malvados y otros generosos; y así tantas y todas distintas e iguales a la vez.
Pero qué es lo que en realidad nos diferencia. No es nuestro aspecto, nuestro extracto social, ni siquiera nuestro coeficiente intelectual, claro que no. Es nuestro espíritu, nuestra forma de ver la vida, nuestra forma de enfrentar los hechos, de pronto me doy cuenta de que no todos gozamos de ello, de pronto pienso en que ni la ignorancia, ni la ingenuidad ni la discapacidad física o mental intervienen en él, en su grandeza, no sé cómo se hace para tenerlo quizá solo se nace con él, estoy totalmente convencida de que el que lo posea es afortunado; la gran pregunta es qué será de aquel que lo posea y no lo aproveche o si habrá algún la posibilidad de tenerlo y no saberlo.
En fin Poseer esa grandeza igual y no ayuda a luchar contra la tristeza, ni a disfrutar de la alegría.
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